martes, 29 de marzo de 2011

Cultura personal

En la definición se contienen a su vez tres abstracciones: erudición, reflexión y Arte. Las tres, sin pertenecer a lo que se denomina metalenguaje, requieren consenso. Por eso también los estructuralistas dan toda la importancia a la aritmética del lenguaje. Kurt Gödel, en 1921, resuelve en realidad el asunto en su célebre teorema de la aritmetiza­ción del lenguaje en cuya virtud si un sistema es completo es inconsistente, y si es consistente es incompleto... De aquí se pueden hacer numerosas inferencias o deduccio­nes: que el lenguaje es una parte de las herramientas de comunicación entre los seres humanos con la que no es po­sible sellar ni una sola idea para siempre, por ejemplo; que además es la menos adecuada como puente de comunica­ción; que la sensibilidad, el lenguaje matemático, el poético, el arte mayor en general y la música en particular salvan mucho mejor la distancia en el espacio áureo entre dos per­sonas, que el lenguaje común, etc.

  La cultura personal puede medirse pues, por la combina­ción dicha y por la dosis de participación de cada elemento. Pero no hay necesariamente "cultura" por el hecho de que se de alguna de esas cualidades por separado. Pues el "sólo" erudito no deja de ser también un diletatti enciclopé­dico. (Poca importancia tiene además hoy día cuando las enciclopedias están tan alcance de todos). El "sólo" re­flexivo, no aprecia sólo por serlo la belleza que hay en la tela de araña. Y el "sólo" artista, es un ignorante propenso a fabular.

  De modo que la cultura individual y el nivel de la misma en cada cual, dependerá del grado de lasuperposición armó­nica entre erudición, reflexión y sensibilidad por el Arte en una misma persona.

  En estos tiempos, con independencia de la atosigante in­formación, la avalancha de noticias de carácter científico y cultural con ribetes periodísticos, ese recurso fácil del enci­clopedismo a la carta devalúa al erudito en la misma medida que se valúa al especialista. Y en general se devalúa consi­derablemente el interés por la persona erudita, superre­flexiva y cultivadora del Arte en una misma persona. Se pre­fiere mucho más al charlatán, al ocurrente y al improvisador. Estas son una de las razones por las que es sumamente di­fícil que se manifieste el genio, pues hasta los que pudieran serlo difícilmente no serán malogrados prematuramente por el vendaval de la contracultura que es quien reina y go­bierna en la sociedad occidental pese a tanto laurel y tanto laureado en Premios de estereotipo creados más para inci­tar al consumo que para promover auténtica cultura. En el fondo sabemos que al Poder y a los poderes no interesan ciudadanos pensantes y avezados, sino simplones y necios que sigan la estela marcada por los poderes en la sombra.

http://1.bp.blogspot.com/_SHa1Y5VuZLM/SvEByybOAvI/AAAAAAAAABA/5tiIxJbmU08/s320/personal_branding.jpg  Por último, una persona verdaderamente culta es señora de lo indispensable pero no esclava de lo superfluo, no en­comendará a otros lo que ella pueda hacer por sí misma, y en lugar de recurrir inmediatamente a ellos, sabrá prescindir de intermediarios, de médicos, de abogados, de gestores, de informáticos; de esa legión de especialistas con la que la sociedad ultramoderna ha hecho de ella un comercio de or­topedias, un monumento a las ortodoxias científicas, mediá­ticas y pseudocientí­ficas como sucedáneos de las funestas ortodoxias religiosas que han pasado a mejor vida...

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