jueves, 28 de abril de 2011

Historia de la papa

Historia de la Papa, patata o potato


“La papa es el mejor regalo que el Nuevo Mundo le haya hecho al Viejo Mundo”.(Antoine A. Parmentier)
Durante muchos años la arqueología busco determinar donde se ubicaba el origen de la civilización. Hoy se sabe que existieron varios focos civilizatorios paralelos ( la historia no es lineal o unidireccional como algunos han pretendido ), todos ellos vinculados al nacimiento de la agricultura : China, el Indo, Mesopotamia, Egipto, Mesoamérica y por supuesto los Andes Centrales. Respecto a este último cabe una curiosa observación; es el único foco civilizatorio ( cuna de la civilización ) que se encuentra debajo de la línea ecuatorial ( José Antonio del Busto, sostuvo además en relación a la mayor síntesis del mundo andino : Los Incas, que estos constituyeron el único imperio de la historia universal, que se desarrollo en el hemisferio sur ). La revolución agrícola, convierte así al Perú, en uno de los puntos centrales del desarrollo de la humanidad. El territorio peruano será un magnífico laboratorio para la domesticación de una gran diversidad de plantas, hasta hoy existentes. Una de las principales sin duda fue : la Papa, tubérculo surgido hace unos 8,000 años en las tierras próximas al Titicaca.



Una de la primeras evidencias de este cultivo lo podemos hallar al sur de Lima en el pueblo de Chilca ( 6,000 a.c ). Ese momento expresa esa larga peripecia que este cultivo sufrió para adaptarse a nuevas realidades climáticas.


El proceso de adaptación a nuevos pisos ecológicos, llevara a esta planta a desarrollar miles de variedades ( el Centro internacional de la papa o CIP, calcula que en el Perú existen casi 4,000 variedades ). Lo que convierte al Perú, hoy en el mayor banco genético de la papa, en el mundo. Esto sin duda es muy significativo si tomamos en cuenta que la papa, junto al arroz, el trigo y el maíz, representa uno de los cuatro alimentos mas importantes del mundo ( además de ser el único que no es un grano ).


A la llegada de los españoles a América, estos pronto trasladaran este cultivo la península ibérica, que se convertirá así en la puerta de entrada de la papa a Europa. El siglo XVI estuvo marcado por la guerra y el hambre en este continente, la papa encarnara la mejor alternativa para los golpeados campesinos europeos, cuyos cultivos permanentemente eran saqueados por tropas “amigas” y enemigas. Una ventaja de esta planta seria su carácter de raíz o tubérculo, pues así dificultaba el posible saqueo o incendio de las tierras agrícolas por los ejércitos en conflicto.


Muy pronto este cultivo se ampliara a áfrica y Asia, donde se dará origen a nuevas variedades. Recordemos que hoy los mayores productores de esta planta se ubican justamente en el último de estos continentes (China, Federación Rusa y la India, según cifras actuales ).


En el Perú, durante el incario la papa se convirtió en el pan diario del Hatun Runa. Esto por su fácil producción en comparación con otras plantas ( el maíz por ejemplo, que implicaba anden y cuidadoso regadío ). Además de ser un cultivo menos ritualizado. Su preservación a través de la transformación en chuño, lo convertiría en la única planta comestible en el mundo que puede durar varios años sin malograrse. Esto será muy importante para el Tahuantinsuyo, pues no se registra caso de otro imperio en el mundo antes del siglo XVII, que haya superado tan extraordinariamente el problema del hambre, ( en este caso los incas, la anularon completamente de su territorio, según detallan las crónicas españolas ).


Una de las variedades más reconocidas de este tubérculo es la conocida como papa blanca. La cual la podemos hallar en el país, bajo diversas designaciones, lo que obedece a su notable expansión entre numerosas culturas que supieron aprovecharla. Estas denominaciones de la papa blanca en otras lenguas son : acshu (quechua); acso, akso, apalu, apharu, cchoke (aymara); catzari, mojaqui, mosaki, tseri (asháninka); curao, kara, kesia (uru); moy papa, patata, pua, quinqui (aguaruna).


Este año ( 2008 ), ha sido nombrado, por decisión de la ONU, el “Año internacional de la Papa”. Es un reconocimiento del mundo a una planta milenaria, que constituye uno de los mayores legados de nuestros antepasados a la humanidad. Hoy, como antes, el reto es alcanzar la seguridad alimentaria de nuestras naciones. El Perú en ese sentido cuenta con una gran tradición agrícola, que hoy lamentablemente se esta dejando de lado. El 2008, debe representar el año para recordar, que históricamente no hemos sido mineros, sino agricultores, y que ahí radicó nuestra verdadera riqueza.
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